La conciliación es un mecanismo
alternativo para la solución de conflictos, y por tanto un acuerdo al que
pueden llegar directamente las partes, con el objetivo de evitar que se inicie
o continúe un proceso legal de demanda, en asuntos como las cuotas alimentarias
y régimen de visitas de hijos menores, incumplimiento de contratos,
terminaciones de contratos laborales, entre otros.
Este mecanismo establece una serie de
beneficios para las partes que se encuentran en disputa en relación con
asuntos, sobre los que pueden válidamente pactar un acuerdo y obtener
beneficios conjuntos, evitando el desgaste y los costos de un proceso judicial.